Que tus niños no se vuelvan compradores compulsivos

Sea donde sea que estés, siempre habrá algo que llamará la atención de tu hijo y te pedirá que se lo compres.
Que tus niños no se vuelvan compradores compulsivos
Muchos no dejan pasar la oportunidad de pedir el juego de video, el peluche, el paquete de lápices de colores, la golosina o lo que sea que se les antoje al pasar por cualquier centro comercial, supermercado o parque. Y la diferencia está en cómo, en el rol de padres, respondemos a esas demandas. Si no sabes cuándo decir que SI y cuando NO, te guiamos en cómo solucionar ese dilema y hacer que tus hijos aprendan a tomar sus propias decisiones y enfrentar y superar las consecuencias. La mesada como lección La mesada es una excelente herramienta para que los chicos aprendan a hacer sus propias decisiones financieras, incluso con errores en el camino. El monto va a depender de su edad y de la situación financiera familiar. Puedes guiarlos un poco en el uso que pueden darle, por ejemplo, la prioridad del ahorro y de gastar en cosas que necesitan más que en caprichos, sin terminar decidiendo por ellos. Si ves que están por usar el dinero en algo que crees totalmente inútil, pregúntale si es algo que realmente necesita o incluso si es algo en lo que realmente quiere gastar su dinero; pues a veces dejarlos acumular cachivaches puede ser la mejor prueba de cómo han malgastado en cosas inservibles, y consecuentemente, una lección. El punto es darles el poder de tomar sus propias decisiones y que puedan experimentar lo que es manejar dinero propio, y las consecuencias de hacerlo bien o mal. Que comprar sea un juego El objetivo es crear consciencia con las compras. Por ejemplo, si van a un parque de diversiones o al centro comercial, podrías dejar que tu hijo elija sólo UNA cosa para que le compres. Eso funcionaría como un ejercicio de búsqueda de precios, evaluación de alternativas y sobre todo de crear la capacidad de demorar la satisfacción y no llevar lo primero que uno ve. Recuerda que los niños copian el comportamiento de sus padres, y son más observadores de lo que creemos, por lo tanto tú eres el ejemplo para ellos. Procura que aprendan de ti buenos hábitos de compra y de manejo del dinero en general. Saber diferenciar entre necesitar y querer Dentro del seno familiar, es bueno poder conversar sobre la diferencia entre las necesidades y los lujos, y esa línea la define cada familia. Lo que para unos puede representar una necesidad, para otros puede ser un lujo. Lo importante es poder hablar de estas cosas y que sirva como algo educativo para el niño. Asimismo, una buena práctica es comprarles regalos cómo en ocasiones que lo ameritan, como los cumpleaños, al terminar bien el año escolar, y similares. Cuando se trate de algo más, lo ideal sería animarlos al ahorro para comprarse ellos mismos lo que quieren. Hazlos ahorradores, no derrochadores Una forma de ayudarlos es conversar con ellos para saber qué quieren, hacer que fijen una meta y orientarlos en cómo ahorrar para tenerlo. Juntos, discutan el precio, si es conveniente seguir buscando un precio mejor, u una vez definido eso, calculen cuánto tiene que ahorrar y cuánto tiempo tardará en juntar el dinero que necesita. Así también le estarás enseñado a priorizar. Un miembro del equipo nos contó que compró sus primeros patines vendiendo galletitas de niña junto a una amiga. Anímalos a esforzarse por lo que quieren; no es difícil, sólo se necesita un poquito de dedicación, como todo en la vida. Por último, no caigas en los llantos dramáticos ni el pataleo en el piso sólo para callarlos. Primero, porque no le estarás haciendo bien a tu hijo. Los niños deben entender que tienen que trabajar y esforzarse por lo que quieren, y no que lo obtendrán comportándose mal delante de todo el mundo. Di NO cuando sea necesario, aunque tengas que lidiar con algunas lágrimas. No se trata de negarles todo, sino de prepararlos para la vida y para un futuro en donde los que manejarán el dinero y serán responsables de su propio futuro serán ellos mismos.

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