Los préstamos nos ayudan a conseguir nuestros objetivos utilizando los fondos que nos da un banco. Si son usados de manera responsable, son una excelente forma de ayudarnos a lograr objetivos, como la compra de tu casa o auto. ¿Qué diferentes tipos de préstamos existen y para qué usarlos?
Soy Alfredo Ramírez y en este episodio aprenderemos más sobre las deferencias entre los préstamos disponibles en el mercado.
Constantemente escuchamos mucha información sobre los préstamos y las diferentes condiciones que cada uno ofrece. Los bancos están constantemente sacando productos nuevos de crédito pensando en las diferentes necesidades de los usuarios y los cambios en los estilos de vida de la gente.
Los préstamos pueden ser la perdición para muchos que comenzaron en este camino sin un plan o sin conocer los límites que deberían tomarse y hoy se encuentran envueltos en deudas de las que no pueden salir. Sin embargo, si se tiene un plan y se conoce bien las características de los préstamos, se puede sacar buen provecho de los mismos.
En primer lugar vamos diferenciar los préstamos de las líneas de crédito. Normalmente un préstamo es una transacción financiera entre dos partes: el prestamista y el prestatario, en la que el prestamista le da una suma de dinero establecida al prestatario y este deberá pagarle todo el capital prestado más los intereses generados en un plazo determinado. Todo esta definido: el monto a prestar, el tiempo o plazo de pago, la tasa de interés y el cronograma de pagos.
En cambio una línea de crédito ofrece una flexibilidad mayor. El prestamista le da al prestatario un límite de dinero para que el prestatario decida cuándo y cómo disponer del mismo. Puede tomarlo o no y si lo toma, puede tomarlo parcialmente y en momentos diferentes. Hay obviamente una tasa de interés a pagar y una fecha de pago (o cronograma) a cumplir, pero va a depender de cuánto se tomó prestado y cuánto se ha pagado. Es un modelo muy flexible.
Así funciona una tarjeta de crédito, tienes una tasa de interés y un límite de crédito (que no puedes exceder). Hay una fecha de pago mensual y tu decides si pagas todo lo que te prestaste en el mes o una suma parcial, de estos factores depende cuánto pagues en intereses y cuánto tiempo te demores en pagar tu préstamo.
Para hacer el análisis más simple vamos a enfocarnos en los préstamos normales, esos en los que todas las condiciones están establecidas desde el inicio.
La primera clasificación que vamos a tomar en cuenta es según la forma de pago.
Tenemos por un lado los préstamos rápidos o micro préstamos. Estos son préstamos en los que se debe pagar todo el capital más los intereses en un único pago. Los montos a prestar suelen ser pequeños y los plazos cortos (entre 1 y 45 días). Estos préstamos son normalmente rápidos de aprobar e inclusive hay empresas que hacen todo este proceso online. Ten cuidado con los intereses, porque pueden ser valores muy altos, en especial si el interés lo calculas de forma anual.
Los otros préstamos que estamos más acostumbrados a usar son los préstamos de pago periódicos. Pueden ser semanales, quincenales o los más comunes mensuales. Estos préstamos tienen un cronograma de pagos que debes cumplir y en cada cuota vas a pagar parte del capital que te prestaron y los intereses generados en el periodo (digamos un mes).
La clasificación más usada es la clasificación por uso y aquí toma relevancia para qué vamos a usar el préstamo, es decir que bien se va a adquirir o cómo se va a usar.
Los créditos hipotecarios, son destinados a la compra de una vivienda, ya sea de primer uso o ya usada. No importa si vas a vivir en esta vivienda, o la compras como una inversión. Estos créditos suelen ser por muchos años (entre 5 y 30 años) para pagar mensualmente y suelen tener bajas tasas de interés, porque el propio inmueble constituye una garantía para el préstamo.
También hay préstamos destinados a la construcción, ampliación o remodelación de viviendas y son muy similares a los hipotecarios. Incluso de puede encontrar créditos para compra de terrenos para construcción. En todos estos casos el inmueble en cuestión queda prendado como garantía hasta completar el pago.
Los créditos vehiculares son destinados a la compra de vehículos nuevos o usados y también usan el vehículo como garantía. Estos tienen bajos intereses y los plazos más comunes son entre 6 y 60 meses. Hay programas también de compra de autos destinados al uso de taxi que se van pagando de forma periódica (mensual o hasta semanalmente)
También tenemos los préstamos para estudios, que pueden pagar estudios universitarios o de posgrado. Algunos bancos incluso ofrecen comenzar a pagar estos préstamos luego de completar los estudios (los llamados periodos de gracia). Suelen tener tasas bajas porque el banco entiende que quien completa estos estudios va a conseguir mejoras económicas en su carrera.
No vamos a tocar los préstamos empresariales, pues hay una variedad de modalidades y usos de estos préstamos, pero si podemos incluir en nuestra lista a los préstamos para emprendedores, en los que se puede pedir dinero para iniciar un negocio o ampliar un negocio. Cada banco pedirá diferentes condiciones como un plan de negocios o garantía o avales que ayuden a mitigar el riesgo para el banco.
Otro préstamo muy útil es el préstamo para consolidación de deudas. Este préstamo busca que la persona pueda pagar todas sus otras deudas (normalmente en otros bancos y con tasas de interés alta) para concentrarse en pagar una sola deuda con un cronograma y a menores costos. Es muy útil para bajar los costos de intereses por deudas con tarjeta de crédito y consolidarlo en un solo préstamo.
Es muy importante entender que estos préstamos están orientados a buenos pagadores, es decir, personas que no se encuentren atrasadas en sus pagos con otras deudas, todos los préstamos pasan por un análisis de los perfiles de comportamiento de pago de cada solicitante.
Finalmente tenemos los préstamos personales, que también son llamados de libre inversión o libre disponibilidad. Estos préstamos pueden ser usados para cualquier fin y pueden ayudar a cumplir fines de consumo, es decir compras, decoración, viajes, o inclusive a alguno de los fines vistos anteriormente ( remodelación de viviendas o estudios). Sin embargo siempre será más barato conseguir un crédito diseñado con un propósito específico.
Los préstamos personales pueden ser sin garantías ni avales, pero para reducir las tasas de interés también existen algunas formas de usar garantías para reducir los costos o conseguir la aprobación inmediata o rápida.
Por ejemplo los préstamos con garantía hipotecaria, permiten que uses tu vivienda como garantía y obtener capital a más bajo costo que un préstamo personal o libre inversión.
Así también, los préstamos con garantía vehicular te permiten usar tu auto como garantía sin que esto signifique que debas entregarlo, es decir, que puedes seguir usándolo mientras terminas de pagar tu crédito. En algunos casos te pedirán colocar un GPS al auto, pero es una buena opción para quien no puede desprenderse de su vehículo.
Los bancos también ofrecen préstamos con garantía líquida. Estos préstamos usan un depósito de ahorro (o depósito a plazo) como garantía por el préstamo a pedir y bajando la tasa de interés del mismo.
Finalmente también están los llamados préstamos prendarios, en los que puedes entregar bienes en forma de garantía hasta que termines de pagar tu préstamo. Normalmente se acostumbra usar joyas como garantía, pero en general permiten cualquier objeto o bien de valor que pueda ser usado para este fin.
Un consejo final, es muy importante que te cuides de los prestamistas informales. Acude a instituciones serias y supervisadas por el gobierno, para evitar excesos y hasta poner en riesgo tu vida y la de tus familiares, ya que muchos de estos prestamistas están asociados a bandas delictivas o usan estos préstamos como una forma de lavar dinero.
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