El minibar en un cuarto de hotel

Resulta casi imposible que no te hayas alojado alguna vez en algún establecimiento cuyas habitaciones estén equipadas con esa pequeña nevera surtida de bebidas y algún que otro snack. La pregunta es ¿tenemos claro cómo utilizarlo?
El minibar en un cuarto de hotel
Aunque no todos los hoteles ofrecen minibar -los más modestos suelen carecer de él porque encarecería la tarifa, por encima de las dos estrellas es raro que no lo haya. A veces, en un mismo establecimiento encontramos habitaciones que lo tienen y otras no, o sí pero vacío. También se da un tercer caso, en el que la nevera contiene bebidas pero no frías porque está apagada y funciona sólo como pequeño armario. Hay que distinguir entre los hoteles que incluyen las consumiciones del minibar en su tarifa -generalmente los de mayor nivel- y los que las cobran aparte, que son la mayoría. Esto es importante tenerlo en cuenta para no llevarse una sorpresa al ir a pagar la cuenta; sabemos de casos que por raros que parezcan ocurren realmente, como el de aquel primerizo que se bebió todo lo que encontró pensando que era gratuito y luego se llevó un buen susto al ver la cuenta. Claro que todo depende de la sed que tenga uno… y del presupuesto de que disponga. Pago y variedad del minibar El pago se realiza al final de la estancia, cuando vas a abonar el importe de la habitación. Lo normal es que el encargado te pregunte si has hecho algun consumo -en otros casos debes llevarlo anotado en una hoja ad hoc-. Mentir no servirá porque harán la comprobación pertinente pero de todas formas tampoco hay que obsesionarse. Nadie se arruina por pagar un botellín de agua del minibar. O una bolsa de frutos secos o cualquiera de los otros productos que puedes encontrar a tu disposición y que varían según el hotel y según el país. A este último respecto se puede añadir que los refrescos y el agua, así como algún bote de cerveza, son prácticamente estándar, pero luego es posible encontrar una amplia variedad de bebidas diferentes incluyendo las alcohólicas. El alcohol, salvo en lo hoteles de países musulmanes (con algunas excepciones), suele presentarse en pequeños botellines, con preferencia por las bebidas nacionales. Así, en el norte de Europa no suelen faltar las cervezas locales, al igual que en los del sur incluyen a menudo caldos más o menos representativos. Esto es algo que se hace extensible a otros productos: en Italia no es raro encontrar Campari, en Grecia ouzo, etc. Y echándole imaginación, un minibar puede servirte como recurso de última hora para llevarse un souvenir. ¿Un ejemplo? En Rumanía puedes encontrar divertidas botellas de vino (25 cl.) de la marca The Legend of Transylvania, con un vampírico castillo impreso de adorno.

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