Lo que siempre hemos escuchado al momento de buscar una tarjeta de crédito es que debemos tener en cuenta cuáles son las tasas de interés más bajas para no terminar pagando un dineral en los intereses de nuestras compras. Ese es un argumento que nunca dejará de tener razón, pero puede que sea lo que determine si una tarjeta es la mejor o no.
Si nuestra meta es establecer hábitos de consumo donde paguemos el total de nuestra compra, es decir, que sea todo a una sola cuota, las tasas de interés no terminarán afectándonos pues al pagar antes del vencimiento y en una sola cuota, nuestra compra sale sin intereses.
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Es en ese caso que nos conviene mirar otros aspectos en lugar de centrarnos en la tasa, por ejemplo: sistema de puntos, descuentos en establecimientos determinados (restaurantes, cafés, centros comerciales), acumulación de kilómetros, entre otros.
Si eres consciente de que esto es posible para ti, puedes animarte a buscar la tarjeta que te ofrezca los mejores beneficios sin preocuparte tanto de las tasas.
Por otro lado, si sabes que usarás tu tarjeta para compras relativamente grandes (televisores, juegos de sala, viajes, etc.), entonces otra opción es revisar cuáles tienes y si consideras tener dos, elegir una por su tasa y otra por sus beneficios.
Así, utilizarás una para las compras pequeñas (las que pagarás a una sola cuota) y la otra para las compras más grandes. De esta manera estarás sacándole provecho a las tasas y a los beneficios, así se trate de dos tarjetas distintas.
El truco está en conocer cuáles son tus opciones, revísalas usando el comparador de tarjetas de Comparabien y elige la opción que más te convenga.