Si estás buscando una forma sencilla de obtener una tarjeta y, a la vez, construir tu historial crediticio, la tarjeta de crédito con garantía puede ser tu mejor puerta de entrada. En Perú, este producto también se conoce como tarjeta de crédito con garantía líquida o tarjeta de crédito garantizada, y está diseñada precisamente para quienes no tienen historial, lo perdieron o prefieren un comienzo seguro. Aquí te cuento, sin vueltas, cómo funciona, qué necesitas y cómo aprovecharla al máximo.
Qué es una tarjeta de crédito con garantía
Una tarjeta de crédito con garantía es una tarjeta “tradicional” respaldada por un depósito como garantía. Ese depósito queda retenido por el banco (generalmente en una cuenta o depósito a plazo) y sirve como respaldo si no pagas. En la práctica, no estás gastando el depósito, sino usando una línea de crédito que se comporta como cualquier tarjeta: tienes fecha de corte, fecha de pago, intereses si no cancelas el total, comisiones y acceso a compras en línea y físicas.
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Este producto existe para reducir el riesgo del banco y abrirte la puerta al sistema. Por eso, a diferencia de una tarjeta sin garantía, normalmente no te exigirán historial crediticio ni sustento de ingresos formales. La clave, y aquí va el insight que pocos explican, es que esa facilidad no te exime de responsabilidad: si manejas mal la tarjeta, perjudicas tu historial y el banco ejecutará tu garantía.
Cómo funciona en la práctica
Tu línea suele ser equivalente al depósito (a veces un porcentaje, como 80%–100%). Si depositas S/1,000, tu línea será cercana a ese monto. Ese dinero queda inmovilizado como garantía líquida mientras usas la tarjeta. Con buen comportamiento de pago durante varios meses, el banco puede liberarte parcial o totalmente la garantía o migrarte a una tarjeta sin garantía.
Operativamente no hay misterio: cada mes se genera un estado de cuenta con una fecha de corte y una fecha de pago. Si pagas el total antes de la fecha de pago, no pagas intereses. Si pagas solo el mínimo, se activa la tasa de interés (TEA) y el costo puede ser alto, como en cualquier tarjeta en Perú. Si te atrasas, además de intereses moratorios y comisiones, tu historial crediticio se verá afectado y el banco puede compensarse con tu depósito.
Requisitos y cómo obtenerla en Perú
Aunque cada entidad fija sus condiciones, el proceso para “cómo obtener una tarjeta de crédito con garantía en Perú” suele ser similar:
- Elige el banco y el tipo de tarjeta con garantía que te convenga.
- Abre la cuenta o el depósito a plazo que se usará como garantía y realiza el depósito como garantía en soles (monto mínimo típico desde S/500 o S/1,000, varía por entidad).
- Presenta tu DNI, datos de contacto y completa la solicitud. En muchos casos no piden boletas de pago ni historial crediticio.
- Firma el contrato de tarjeta, donde se especifican la línea, comisiones, TEA, fecha de corte y de pago.
- Recibe y activa la tarjeta, configura tu clave y canales digitales.
- Usa la tarjeta y paga puntualmente. Tras algunos meses con buen comportamiento, solicita evaluación para liberar la garantía o subir de producto.
Entre los requisitos de tarjeta de crédito más frecuentes están: ser mayor de edad, residencia en Perú, no tener medidas judiciales vigentes y aceptar la pignoración de tu depósito. Es fundamental leer la hoja resumen y el tarifario antes de firmar.
¿Qué bancos ofrecen tarjeta con garantía en Perú?
En el mercado local, bancos grandes y medianos suelen ofrecer una tarjeta de crédito con garantía líquida. Es común encontrar opciones en BCP, BBVA, Interbank y Scotiabank, así como en entidades como BanBif o Banco Pichincha, y en algunos casos en financieras o cajas que trabajan con tarjeta de crédito garantizada. Las condiciones cambian entre entidades: monto mínimo del depósito, si la garantía queda en una cuenta o DPF, comisiones de membresía, seguros asociados y el tiempo requerido para liberar la garantía. Vale la pena comparar antes de decidir, no solo por la TEA sino por cargos por membresía, envío de estado de cuenta físico, retiros de efectivo y penalidades por mora.
Beneficios que sí suman
El mayor valor de una tarjeta con garantía es que te permite empezar o reconstruir tu historial crediticio sin pasar por filtros estrictos de ingresos. Tus pagos se reportan a las centrales de riesgo (como Infocorp/Equifax o Sentinel), y eso te abre puertas a mejores productos a futuro. También te da disciplina: al tener una línea acotada, puedes aprender a manejar tu flujo de pagos con menos riesgo de excederte.
Además, el depósito puede permanecer en un depósito a plazo que genere algo de interés. No te hará rico, pero compensa en parte el costo de oportunidad. Y, por último, te familiariza con lo esencial: fechas de corte, estados de cuenta, comisiones, y estrategias para no pagar intereses.
Riesgos reales que debes tomar en serio
El anuncio “no necesitas historial ni ingresos” suena a pase libre, pero no lo es. Si te atrasas o pagas solo el mínimo constantemente, construirás un mal historial y el banco usará tu depósito para cubrir deudas, dejando huella negativa en tu reporte. También hay un costo de oportunidad: tu dinero queda inmovilizado, y si no usas la tarjeta de forma responsable, no capitalizas el principal beneficio (subir de nivel y liberar la garantía).
Otro punto clave es el costo financiero: las TEA en tarjetas de crédito en Perú suelen ser altas si no pagas el total. Además, pueden existir membresías anuales, seguros y cargos por envío de estado de cuenta físico. Si retiras efectivo, los intereses corren desde el día uno y la comisión es mayor. En resumen: es una excelente herramienta, pero no perdona malos hábitos.
Cómo usarla para construir historial de verdad
Tu objetivo con una tarjeta de crédito garantizada es demostrar comportamiento de pago consistente para que el banco y las centrales de riesgo te vean confiable. Para lograrlo, adopta estas prácticas simples:
- Mantén tu utilización por debajo del 30% de tu línea. Si tu línea es S/1,000, intenta no deber más de S/300 en el ciclo.
- Paga el total antes de la fecha de pago. Si no puedes, evita dejar solo el mínimo; procura cancelar la mayor parte posible.
- Activa recordatorios o débito automático. Minimiza el riesgo de olvido, que es la causa número uno de atrasos.
- Usa la tarjeta en gastos predecibles: servicios de streaming, celular o compras del súper. Pequeño, recurrente y controlable.
- Evita adelantos de efectivo. Son caros y complican tu avance.
- Revisa tu estado de cuenta y tu reporte en Infocorp cada cierto tiempo. Detecta errores y verifica que tu buen comportamiento se esté reportando.
- Tras 6 a 12 meses pagando a tiempo, pide evaluación para liberar la garantía o migrar a una tarjeta sin garantía y con mejores beneficios.
Un tip extra: si puedes incrementar gradualmente tu depósito/ línea (sin excederte), mejoras tu “capacidad medida” y demuestras manejo de límites más altos, algo que valora el sistema.
¿Cuándo te conviene y cuándo no?
Conviene si estás empezando desde cero, si saliste de una reprogramación o castigo y quieres rehacer tu historial, o si trabajas de manera independiente y no tienes cómo sustentar ingresos formales. También es útil si buscas una tarjeta de uso controlado, por ejemplo, para compras específicas o para aprender a manejar crédito sin caer en excesos.
No conviene si necesitas liquidez inmediata y no puedes inmovilizar un depósito, si sueles pagar solo el mínimo o te desordenas con facilidad. En esos casos, una cuenta de débito o una billetera digital puede ser mejor mientras ordenas tu presupuesto. Tampoco tiene sentido si solo quieres “tener una tarjeta” sin un plan para usarla responsablemente: el costo puede superarte y no obtendrás el beneficio central, que es construir historial.
Preguntas frecuentes rápidas
¿Sirve una tarjeta con garantía para crear historial crediticio? Sí. Siempre que pagues puntualmente, se reporta a las centrales de riesgo y te ayuda a subir tu score. Es una de las vías más directas para quienes no tienen historial.
¿Cuánto demora liberar la garantía? Depende del banco y tu comportamiento. Muchas entidades evalúan entre 6 y 12 meses de buen pago para liberar parcial o totalmente el depósito o migrarte a un producto sin garantía.
¿Necesito ingresos formales? No siempre. Justamente su atractivo es que, en muchos casos, no te piden boletas. Pero eso no elimina los riesgos: si te atrasas, el perjuicio a tu historial es real.
Consejos finales para elegir
Antes de decidir, compara tres cosas: comisiones y TEA, monto mínimo de garantía y tiempo estimado para liberar la garantía. Fíjate también si la entidad ofrece canales digitales claros para ver tu fecha de corte y fecha de pago, y si puedes configurar alertas. Si ya tienes relación con un banco (cuenta sueldo, ahorros), puede ser más fácil y rápido gestionarla allí.
Si tu objetivo es crédito a futuro (un préstamo personal, auto o incluso una hipoteca), trátala como tu entrenamiento. Cada ciclo que pagas al día es un ladrillo más en tu historial.
Conclusión
La tarjeta de crédito con garantía es una herramienta poderosa si la usas con intención: te permite entrar al sistema, construir historial crediticio y, con disciplina, graduarte a productos mejores. Es cierto que muchos bancos no exigen historial ni ingresos formales, pero ese “acceso fácil” viene con una responsabilidad clara: administrar bien la tarjeta. Si fijas un plan de uso, pagas el total a tiempo y cuidas tu porcentaje de utilización, en pocos meses verás el efecto en tu score y podrás liberar tu depósito. En un mercado como el peruano, donde el costo del crédito premia el buen comportamiento, empezar con una tarjeta con garantía puede ser el paso más corto entre “quiero” y “lo logré”.