Las deudas: buenas, malas y muy malas

Especialista de comparabien.com nos explica las diferencias entre ellas. Es clave verificar si nos permitirán generar mayores ingresos o solo nos ofrecen un beneficio momentáneo.
Las deudas: buenas,  malas y muy malas
Según los especialistas financieros, a grandes rasgos existen dos tipos de deudas: las buenas y las malas. Las primeras tienen que ver con los créditos que nos sirven para pagar un bien o servicio que nos permitirá generar mayores ingresos a mediano o largo plazo. Las segundas están relacionadas a créditos que no nos ayudarán a generar más flujo. A veces son impulsivas e innecesarias. Marcello Mundaca, de la web comparabien.com, nos explica que las deudas buenas se reconocen fácilmente porque generar un valor agregado. “Pueden ser, por ejemplo, una inversión en educación (cursos, maestrías), un crédito hipotecario o un financiamiento para iniciar un negocio propio”, detalla. Las deudas malas, en cambio, son adquisiciones que nos generan pagos de intereses y comisiones que nunca retornan ganancias, ahorros o mejoras en nuestro estilo de vida. “Normalmente nos dan un beneficio momentáneo. Aquí podríamos considerar ropa que no necesitas, un celular nuevo cuando aún funciona el que tienes, cenas lujosas no planeadas, un viaje no programado o un concierto al que no pudiste asistir con tus ahorros”, comenta Mundaca. El especialista añade que también existen las deudas muy malas. “Son las más perjudiciales y generan intereses mucho más altos. Aquí se encuentran la disposición de efectivo de tarjetas de crédito desde cajeros o la riesgos a práctica de sacar dinero de una tarjeta para pagar otra”, explica.

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