Blog de Consejos

Cansado de los buses y los taxis, Andrés se entusiasmó con la idea de comprarse un auto. Tiene dinero ahorrado, con lo que podría costear el enganche y continuar pagando el crédito vehicular. Andrés ya escogió el modelo que le gusta pero está un poco confundido.

Comprar una casa es usada implica no solo un precio menor sino una serie de aspectos que debemos tener en cuenta para asegurarnos de que la compra no es una pérdida.

Manejar para muchos es un placer, mientras que para otros es más un dolor de cabeza.

Si tú estás más en la segunda opción, quizás sea porque aún no has descubierto todas estas aplicaciones que pueden ayudarte a optimizar el uso de tu vehículo.

Vivir sabiendo que debemos mucho dinero no es agradable. No solo nos estresamos al pensar en los pagos que debemos realizar llegada cierta fecha, sino que nos desanimamos al ver que mes a mes nuestros niveles de endeudamiento siguen siendo los mismos y que el dinero ya no nos alcanza.

Para cambiar la moneda del crédito que tenemos se debe considerar la naturaleza del mismo, es decir si es un préstamo personal, crédito vehicular o crédito hipotecario, ya que los plazos y requerimientos son diferentes en cada caso.

Ya sea porque vendiste algo que ya no usabas, hiciste un trabajo extra durante el mes o ganaste algún premio, ahora tienes una cantidad mayor de dinero en tu cuenta bancaria.

En un país como el Perú donde la cultura de ahorro es prácticamente inexistente es mejor tener tu CTS custodiado en una entidad financiera confiable y donde la tasa de interés te reditúe una buena rentabilidad considerando que es un intangible que te servirá de resguardo en caso de una contingencia laboral.

Puede que tengas el hábito de ahorrar arraigado en ti pero que aun así tu dinero no crezca. ¿Cómo podría suceder esto si mes a mes te esfuerzas por cumplir con tu plan de ahorro y guardar un porcentaje de tu sueldo?

En 2014 el sector automotriz sufrió una caída relativamente grande pero los empresarios apostaron que durante el 2015 el sector se recuperaría con creces.

Otra vez llegaste a fin de mes sin un sol y rogando por que paguen pronto. Otra vez reniegas por no haber podido cumplir tu meta de ahorrar una parte de tu sueldo.