Los Sánchez – Sánchez, al igual que muchas familias peruanas, están al tanto de las ofertas que les llegan a través de catálogos anuncios o publicidad en el diario. Ello ha ocasionado que, sin percatarse, hayan sucumbido en más de una ocasión a las cada vez más prometedoras ofertas con tarjetas de crédito.
De esta manera, ahora tienen 4 tarjetas de crédito diferentes, sin tener claro las comisiones y gastos de cada una de ellas. Revisando sus estados de cuenta han notado que están pagando más gastos que los que pensaban y se preguntan qué hacer al respecto.
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Quizás lo primero que deben tener presente es que la tarjeta de crédito nos permite realizar pagos sin tener que usar dinero en efectivo. Pero si no retornamos ese monto de dinero gastado a tiempo, se convierte en crédito, y como todo crédito genera intereses y otros gastos.
Más precisamente, los principales gastos de una tarjeta son el de mantenimiento (montos fijos que usualmente cargan mes a mes, particularmente cuando se ha usado la tarjeta), el de renovación (un cobro anual) e interés de financiamiento (intereses de un crédito con tarjeta). Al haber varios conceptos, no es fácil comparar las tarjetas y escoger la más barata en todos sus cobros.
Para complicar el panorama, muchas tarjetas nos permiten acumular puntos o millas que luego canjeamos por algún premio ¿Cómo elegir entonces? No existe la mejor tarjeta de crédito, sino que existirá una tarjeta que se amolde mejor a las necesidades individuales de cada persona.
Por lo que nuestro punto de partida es analizar si cada tarjeta que tenemos va de la mano con lo que queremos y necesitamos de ellas.
Por ejemplo, Prudencio Sánchez, al ser un activo empresario, sabe que hay meses que no efectúa suficientes ventas para cubrir todos sus gastos, y paga sólo parcialmente sus gastos con tarjeta de crédito; entonces le convendrían las tarjetas con menor tasa de interés de financiamiento.
Afortunadamente en Comparabien podemos saber cuáles son aquellas más baratas. Por otro lado, a la familia Sánchez le agrada viajar, y por tanto les convendría manejar alguna tarjeta que le otorgue millas por sus compras y luego las puedan canjear por beneficios en compañías de transporte.
Por tanto, no necesariamente es malo tener más de una tarjeta de crédito, en tanto se acomode a nuestras características financieras.
Lo ideal es que ellas se puedan complementar, pero no debemos exagerar en tener una cantidad de tarjetas cuyos gastos no podamos controlar. Algunas ideas que los Sánchez – Sánchez deben tener en cuenta:
- a) Las tarjetas de crédito suelen estimular el consumo, por lo que se debe evitar tener gastos exagerados e irresponsables, lo mejor es tener un control estricto de tus gastos y sobre todo, de las fechas de pago de cada una de las tarjetas.
- b) Saber combinar las tarjetas en función de las características que tienen. Por ejemplo, si deseo tarjetas solo por precaución, buscar las de menor costo de mantenimiento o renovación. Si busco acumular millas o puntos, identificar aquellas que dan mejores premios pero siempre cuidando de pagar los gastos a tiempo antes que generen intereses.
- c) Si dispones de un negocio personal o una empresa, es muy recomendable contar con dos tarjetas distintas: una de empresa y otra personal. Básicamente porque es la forma más sencilla de seguir un buen control de los gastos.
Finalmente, siempre recordar que las tarjetas de crédito son buenos medios de pago, pero no siempre las mejores formas de endeudarnos pues pueden resultar onerosas. A los Sánchez – Sánchez les compete actuar con prudencia y gozar de los beneficios de dichas tarjetas.