Determinando nuestra situación inicial antes de invertir (Parte 1)

Actualizado el 15 de Octubre 2012
Determinando nuestra situación inicial antes de invertir (Parte 1)

Cuando empiezo un proceso de asesoría en planes de inversión busco comprender inicialmente dos aspectos del cliente que se interrelacionan. El primero de ellos es el(los) objetivo(s) de inversión: retiro anticipado, libertad financiera, educación de los hijos, entre otros. El segundo es la situación actual de su riqueza financiera. Es justamente este último punto (riqueza financiera) sobre el que deseo enfatizar en el presente artículo.

Como mencioné en una ocasión previa, las personas -al igual que las empresas- deben comprender la importancia del planeamiento financiero. Este planeamiento debe buscar incrementar la riqueza financiera manteniendo un adecuado nivel de endeudamiento. Para lograr ello, es importante comprender primero el concepto de riqueza financiera, con la finalidad de aplicarlo correctamente dentro del proceso de inversión.

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La riqueza financiera de cada persona es la suma de dos elementos poco conocidos: el Capital Humano y el Capital Financiero. Estos dos conceptos deben calcularse y analizarse detenidamente, para luego buscar su optimización conjunta a través de las inversiones (que permitirán a su vez alcanzar nuestros objetivos).

Antes de definir estos dos elementos, es importante trazar las etapas por las que atraviesa una persona y su relación con la riqueza financiera. Podemos dividir la vida de una persona en tres etapas: (i) el crecimiento y la educación; (ii) el período de actividad laboral; y (iii) el retiro laboral. Durante la primera etapa se afianzan los fundamentos del denominado Capital Humano, mientras que en la segunda etapa se presenta una convivencia entre el Capital Humano y Capital Financiero, aunque en diferentes grados. Finalmente, en la tercera etapa el Capital Financiero asume todo el protagonismo.

Empecemos por el Capital Humano. Es la capacidad que tiene una persona de generar ingresos en el futuro a partir de su trabajo (salario). En palabras un poco más técnicas, es el valor presente de los ingresos profesionales que generará cada persona en el futuro. ¿Por qué es importante este concepto dentro del plan de inversiones? La respuesta es sencilla: si no contamos con Capital Humano, resultará difícil construir un Capital Financiero (a salvo que recibamos una herencia, nos ganemos la lotería, o continuemos recibiendo propinas de nuestros padres hasta la vejez). 

A partir del Capital Humano empieza el proceso de acumulación de riqueza. En el inicio de nuestra vida laboral, el Capital Humano está en su máximo potencial, debido a que tenemos por delante toda nuestra etapa profesional. Para iniciar el proceso de acumulación debemos empezar con el ahorro. Este ahorro -producto del Capital Humano- se deberá invertir (recuerde que hay que perder el miedo a invertir) para hacer crecer nuestro Capital Financiero y poder hacer frente a los objetivos de vida trazados. 

El segundo elemento es el Capital Financiero, el cual es mucho más conocido en vista que se confunde frecuentemente con la riqueza financiera. El Capital Financiero representa nuestro stock de bienes monetarios y no monetarios (inmuebles, inversiones financieras, etc). Es consecuencia del ahorro que realizamos a partir del Capital Humano, y será el responsable de solventar nuestros gastos en la etapa del retiro laboral, además de permitir alcanzar nuestros objetivos de inversión intermedios (educación de los hijos, viajes, negocios propios, etc.). 

Para tomar verdadera conciencia de nuestro Capital Financiero, siempre le pido a las personas que empiecen por dibujar un gráfico de torta (“pie”) en donde identifiquen cada uno de sus activos: casa, inmuebles, ahorros en el banco, fondo de pensiones, inversiones financieras, empresas en las cuales son accionistas, joyas, obras de arte, entre otros. Resulta muy interesante observar la reacción de cada persona una vez que ha identificado cada activo y su porcentaje sobre el total. Muchas veces es recién en este momento que cada uno toma verdadera conciencia de cómo está administrando sus inversiones personales. 

A partir de la medición y el análisis de estos dos conceptos financieros, es posible recién empezar a diseñar un plan de inversiones. En la segunda parte de este artículo trataré sobre cómo el Capital Humano y el Capital Financiero sirven como base para estructurar nuestras inversiones (portafolio de inversión diversificado), las cuales nos permitirán alcanzar los objetivos de inversión inicialmente planteados. Es así como se inicia un proceso profesional y personalizado de administración de inversiones personales.
 

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